Editorial: El engaño a los pobres

Publicado de nuevo en Las Vegas Optic. Vea la columna original aquí.

Martes, 19 de julio de 2016 a las 18:30 (Actualizado: 19 de julio, 18:42)

La jueza federal Carmen Garza ha llegado a la conclusión de que el Departamento de Servicios Humanos de Nuevo México debería tener a alguien vigilando su hombro para ayudar a garantizar que cumple con las órdenes judiciales y la ley federal en la administración de los beneficios financiados por el gobierno federal.

Según The Associated Press, Garza también recomienda que se declare el desacato a la agencia, que supervisa la distribución de la ayuda alimentaria federal y las prestaciones de atención sanitaria de Medicaid a los pobres.

Por supuesto, se trata de meras propuestas en este momento; el departamento tiene 14 días para presentar sus objeciones, y el departamento ya está diciendo que no está de acuerdo con todo lo que dice la decisión del juez.

Aun así, es lamentable -aunque no sorprendente- que sean necesarias medidas tan extremas para que el departamento se atenga a la ley y cumpla por fin con las órdenes judiciales que no se han cumplido.

Las duras medidas que se recomiendan no son sorprendentes debido a los sorprendentes testimonios presentados durante el proceso judicial del caso.

"El testimonio jurado de los asistentes sociales de que fueron instruidos por los gerentes para alterar fraudulentamente la información de los solicitantes no ha sido esencialmente refutado", dijo Garza. Según The Associated Press, Garza también señaló que los gerentes que supervisan los beneficios de nutrición suplementaria invocaron su derecho a la Quinta Enmienda contra la autoincriminación durante el proceso.

La oficina del inspector general del Departamento de Servicios Humanos y el Departamento de Agricultura de EE.UU. están investigando esa parte del caso.

No dudamos de que el Departamento de Servicios Humanos del Estado tiene un trabajo difícil, con plazos ajustados y un gran número de casos.

Pero también es importante recordar que la agencia existe para servir de red de seguridad a los residentes más vulnerables de nuestro estado.

La ayuda que proporciona esta agencia ayuda a los pobres de nuestro estado a poner comida en la mesa para sus familias y a conseguir atención médica para ellos. Jugar con esa ayuda es un despropósito y un error.

Si hace falta que un maestro especial mire por encima del hombro de la agencia para obligarla a hacer lo correcto, que así sea.

Según The Associated Press, el maestro especial tendría experiencia en determinar la elegibilidad para Medicaid y la ayuda alimentaria. Esa persona también tendría conocimiento de los sistemas organizativos e informáticos utilizados para gestionar el número de casos del estado.

El Centro de Derecho y Pobreza de Nuevo México, que presentó la demanda federal en nombre de los beneficiarios de la ayuda, se mostró satisfecho con la decisión de Garza, que fue emitida el lunes.

"Las cosas que hemos pedido son muy sencillas", dijo a AP el abogado Sovereign Hager. "Formar a sus trabajadores sobre lo que exige la ley, asegurarse de que el sistema informático hace lo que se supone que debe hacer, asegurarse de que los avisos son inteligibles y tienen sentido".

Eso nos parece razonable.

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