Publicado por el Albuquerque Journal. Vea la columna original aquí.

Por Ruth Hoffman / Ministerio de Abogacía Luterana-NM
Publicado originalmente el jueves 9 de junio de 2016 a las 12:02

Aquí en Nuevo México, hemos luchado durante mucho tiempo con el cuidado de nuestras familias más vulnerables. Los informes recientes de que los trabajadores estatales del Departamento de Servicios Humanos estaban siendo presionados para negar el SNAP de emergencia (cupones de alimentos) a las personas y familias hambrientas son muy preocupantes. Durante más de dos décadas, un tribunal federal ha considerado que el historial del HSD en cuanto a la tramitación básica de las prestaciones de asistencia médica y alimentaria viola la ley federal.

El gobierno es una de las formas en que podemos trabajar juntos para atender las necesidades de nuestras comunidades, y puede marcar una diferencia positiva en la vida de las personas. Pero cuando el gobierno no funciona o no hace su trabajo, puede causar mucho dolor. Sólo hay que preguntar a una familia de cuatro personas en Hobbs. Los trabajadores del Estado los dejaron sin cobertura de Medicaid durante siete meses porque el HSD no envió un aviso de renovación ni comprobó la información que la familia ya les había dado.

O a un anciano de Alamogordo sin ingresos al que se le suspendió la ayuda del SNAP el pasado agosto porque los trabajadores del Estado se olvidaron de enviarle la notificación que exige la ley. Después de pasar tres semanas sin asistencia alimentaria, sus beneficios fueron restablecidos, pero sólo después de que el hombre fue a una oficina de la División de Apoyo a los Ingresos para presentar una nueva solicitud de asistencia alimentaria.

Ya sea que se trate de Medicaid o SNAP, estas historias y otras apuntan a un problema inaceptable en el HSD de negar indebidamente a las familias los servicios necesarios y no notificar a los beneficiarios sobre los retrasos. Los ancianos y las familias de bajos ingresos están solos para resolver estos problemas. De hecho, según un estudio realizado por el Centro de Derecho y Pobreza de Nuevo México, el HSD no envió a los clientes de Medicaid los formularios de renovación requeridos el 50 por ciento de las veces. Más del 65 por ciento de las veces, no alertaron a las familias sobre los retrasos en sus solicitudes de SNAP o sobre las formas de resolver los retrasos.

Como agencia gubernamental encargada de asistir a las personas de bajos ingresos, las familias y los ancianos, el Departamento de Servicios Humanos debería aplicar medidas de sentido común para mejorar la eficiencia y ahorrar dinero. Esto puede hacerse eliminando las solicitudes de documentos innecesarios, haciendo que los avisos a los clientes sean más precisos y comprensibles, y automatizando las renovaciones de Medicaid.

Además, es fundamental que el HSD proporcione una formación laboral, un apoyo y unos recursos mucho mejores a los trabajadores estatales que determinan la elegibilidad para la asistencia tan necesaria. La creación de un manual del trabajador completo y preciso en línea ayudaría a los trabajadores a procesar los casos de manera eficiente y como lo exige la ley.

Creemos que estamos llamados a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para servir a nuestros vecinos. Aunque las comunidades religiosas de todo nuestro estado sirven y ayudan a las personas que viven en la pobreza y pasan hambre cada día, no pueden hacer todo lo que se necesita y debe hacerse. Nuestro gobierno tiene un papel que desempeñar, y las agencias de nuestro gobierno deben llevar a cabo ese papel mediante la implementación de un sistema de beneficios que sea eficiente y que haga todo lo posible por no poner barreras para acceder a la asistencia que necesitan los nuevomexicanos de bajos ingresos.

Sabemos que las familias que reúnen los requisitos están tratando de recuperarse; están tratando de hacer lo correcto. No deberíamos esperar menos de los dirigentes estatales. La creación de un sistema de prestaciones más eficiente no lo solucionará todo, pero puede suponer una gran diferencia en la vida de las familias y de las personas que más ayuda necesitan.